Hola a todos,
después de pasarse unos días encerrados por culpa del vecino, mis niños vuelven a estar en libertad (hace ya mes y medio que salen sin vigilancia), pues mi marido le ha comprado al vecino una buena pajarera para sus canarios en la cual mis gatos no pueden meter la patita.
Pues bueno si antes sólo querían salir ahora salen dan una vuelta y vuelven corriendo a casa a tumbarse en la mantita del sofá (que les pongo en invierno) y ahí se pasan el día sobre todo en cuanto me pongo a estudiar, los tengo a los seis a mi alrededor y eso que hay tres sofás. A Princesa debajo de la mesa, Forrest, Miu y Ron pegados a mi cada uno a un lado, Julio en el respaldo del sofá y Dan (el pequeñin de 4 meses) al lado de mi libro entre mi bote de bolis y el libro.
La verdad es que no lo entiendo la ventana esta abierta todo el día pero ellos ni se molestan. como mucho van se dan una vuelta y vuelven, el año pasado también lo hacían pero en invierno. Tengo la manía de que han tenido una mala experiencia fuera de casa y no se mueven ya del jardín, igual les han tirado alguna piedra o algo así, no sé me parece muy raro.
En otro orden de cosas, el pequeño Dan, el gatito heredado de unos amigos, está completamente integrado en casa, es más Princesa lo ha adoptado y el la sigue a todas partes, salvo cuando sale fuera, porque es demasiado pequeño y me da miedo de que le hagan daño. Es un Korat precioso, bueno ahora que cuando vino parecía un palillo y además tenía el pelo como apagado. Ahora está gordito y tiene un pelo lustroso y precioso.
Dan juega con Princesa, le da zarpazos en la cola cuando ella está tumbada para que le haga caso y ella enseguida le persigue por toda la casa y se suben a todos los sitios, en cuanto los ven los demás también se unen a la fiesta, así que durante casi una hora tengo a cinco gatos jugando al pilla-pilla. Princesa le da zarpazos a él también pero con las uñas dentro, nunca le ha sacado las uñas ni le ha mordido, es más cuando era más pequeño dejaba que mamara (aunque no tiene leche por estar esterilizada) y eso lo tranquilizaba.
Ahora están todos durmiendo en el sofá ya que han estado jugando un buen rato y están cansados. Me alegro no sólo de que todo halla vuelto a la normalidad sino que además Dan se halla adaptado sin problemas a nuestra casa, que no será tan grande y lujosa como la de nuestros amigos, ni tenemos super mega coches, pero al menos ahora el gato parece un gato y no un suspiro. Cada vez estoy más convencida de que nos dieron al gato porque daba mucho trabajo (y eso que tienen servicio en casa) al margen de la alergia que parecía tener. Pero hay cosas que no me encajan.
En fin todo da igual si ahora Dan está contento y feliz aquí con sus cuatro nuevos "hermanos gatuno", felicidad que desaparecerá durante unos días cuando lo llevemos a castrar

pero bueno él de momento no lo sabe y es feliz.